El ayuntamiento de Madrid, dentro del nuevo Plan Cambia 360 para reducir las emisiones lanzó una línea de ayudas en 2020 para impulsar el cambio de las salas de calderas de carbón y gasóleo, equipos de climatización para PYMES y calderas individuales de carbón gasóleo o gas con el fin de establecer sistemas de alta eficiencia energética y bajas emisiones.
Plan Cambia 360
Dicho plan consta, tal y como explica el consistorio, en cuatro líneas de actuación, que engloban:
- “Cero carbón: para la sustitución de instalaciones de carbón por sistemas de alta eficiencia conectadas a redes de suministro urbanas. Su objetivo es la reforma de instalaciones térmicas en los que sustituyan calderas de carbón, tras las que se instalen nuevos generadores de calor de más de 50 kW de potencia, en inmuebles que estén situados en el término municipal de Madrid”.
- “Calderas de gasóleo: para la sustitución de instalaciones de calderas de gasóleo por sistemas de alta eficiencia conectados a redes de suministro urbanas, que tiene por objeto tienen por objeto la reforma de instalaciones térmicas mediante las que sustituyan calderas de gasóleo por sistemas de alta eficiencia conectadas a redes de suministro urbanas que eviten el transporte de combustible”.
- “Climatización eficiente y sostenible en PYMES: para la sustitución de equipos de climatización y producción de ACS por equipos de alta eficiencia de bombas de calor que busca la reforma de instalaciones térmicas ubicadas en el municipio de Madrid y de las que sean titulares PYMES o profesionales”.
- “Calefacción y ACS sin emisiones: Dirigido a la renovación de cualquier instalación térmica individual de edificios de uso residencial privado, que emplee combustión para la generación de calor, mediante la instalación de generadores de calor sin emisiones locales (bombas de calor). El objetivo es la reforma de instalaciones térmicas individuales ubicadas en el municipio de Madrid y de las que sean titulares particulares, en las que se eliminen generadores de calor (calderas) que utilicen combustibles de origen fósil (carbón, gasóleo, GLP o gas natural) para su funcionamiento, tras las que se instalen generadores de calor sin combustión (bomba de calor), que sigan transmitiendo el calor haciendo uso de emisores de calor radiante (suelo radiante o radiadores) para el servicio de calefacción”.